Internacional Liberal Progresista
Principios del Manifiesto Liberal Los fundamentos básicos de la Internacional Liberal Progresista recogidos en el Manifiesto Liberal, firmado en Oxford en abril de 1947 y reiterados en la Declaración Liberal, Oxford 1967 y en la Procalma Liberal aprobada en el 34 Congreso Anual celebrado en Roma del 24 al 26 de septiembre de 1981, son los siguientes: - El hombre es, ante todo y sobre todo, un ser dotado de la facultad de pensar y actuar bajo su propia autonomía, y de la capacidad de distinguir entre el bien y el mal. - El auténtico fundamento de la sociedad es el respeto a la persona humana. - El Estado es solamente el instrumento de la comunidad. No debe arrogarse ningun poder que entre en conflicto con los derechos fundamentales de los ciudadanos y con los requisitos esenciales de una vida creadora y responsable. Estos principios se materializan en: - Libertad de la persona, garantizada por una administración de la ley y de la justicia independiente. - Libertad de conciencia y de creencias. - Libertad de palabra y de Prensa. - Libertad de asociación y de no asociación. - Libre elección de profesión. - Oportunidad para una educación plena y pluriforme, según las capacidades individuales, con independencia del origen o de las riquezas. - Derecho a la propiedad privada y a la iniciativa individual. - Libertad de elección de los consumidores y oportunidad para la explotación total de las riquezas del suelo y de la industria humana. - Seguridad frente a los riesgos de enfermedad, desempelo, incapacidad profesional y edad. - Igualdad de derechos del hombre y de la mujer. - Estos derechos y exigencias sólo están garantizados en una democracia, que es inseparable de la libertad política y se fundamenta en el consenso consciente, libre de la mayoría, expresado a través del sufragio libre y secreto, respetando al tiempo las libertades y opiniones de las minorías. - La supresión de la libertad económica lleva inexorablemente a la desaparición de la libertad política. La Internacional Liberal Progresista se opone a esta supresión, ya sea debida a la propiedad o el control del Estado o a monopolios, cártels y truts privados. - El bien común debe prevalecer y quedar garantizado frente a los abusos de poder de los grupos de interés. - Es esencial una mejora constante de las condiciones laborales, de la vivienda y del medio ambiente de los trabajadores. - Respeto al derecho de todos los pueblos de disfrutar las libertades humanas fundamentales. - Respeto a la lengua, las creencias, las leyes y costumbres de las minorías nacionales. - Desarrollo de las regiones atrasadas, en colaboración con sus habitantes, en interés tanto de esas regiones como del mundo en su conjunto. Si bien, aunque todos los partidos miembros de la Internacional Liberal y Progresista están unidos en su pugna por los derechos humanos y civiles, según lo establecen los tres documentos fundamentales a los que cada miembro suscribe, sus posiciones respecto a las políticas económicas y sociales varían, reflejando el diverso ambiente en que cada partido se desenvuelve. Así, mientras los liberales de países altamente industrializados tales como Suecia, Alemania y Holanda, ponen mayor énfasis en la privatización, los liberales del mundo en vías de desarrollo ponen de manifiesto la necesidad de que el Estado desempeñe un firme papel en el campo del desarrollo de las infraestructuras y la atención a las necesidades básicas.
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