Introducción El 1 de octubre de 1949 el líder revolucionario y luego presidente del nuevo régimen, Mao Tse-tung, proclamaba en Pekín la nueva República Popular de China. Como recordaron los oradores en sus discursos, el triunfo revolucionario no fue un regalo. Atrás quedaban casi treinta años de guerra civiles permanentes y de resistencia a invasiones extranjeras. Más atrás, siglos y siglos de corrupción, decadencia, ignorancia y atraso.